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Tentáculos playeros

El puerto de Sète, al sur de Francia, era un pequeño pueblo de pescadores que fue creciendo hasta convertirse en un importante centro urbano y comercial. Pero siempre conservó el recuerdo de un pasado en el que sus bravos marinos luchaban contra las inclemencias del mar.

En su recuerdo, un gigantesco pulpo de bronce domina la plaza central.



Un recuerdo de las vacaciones, donde siempre estamos atentos a cualquier referencia lovecraftiana.

Treinta años del Demiurgo

La última reunión de la Miskatonic Freak Parade (con cada vez menos miembros presentes) tuvo lugar en la guarida del Bardo. El motivo: la treintena celebración del cumpleaños del Demiurgo, quien se apresta a ser padre ante la inminente aparición de la vejez.

Prosaica reunión, con pizzas, bebidas y restos de tarta, donde aprovechamos para jugarle una mala broma a nuestro querido cultista con el presente de cumpleaños. En vez de darle el paquete con el regalo verdadero, le envolvimos un gabacho tostón realista por cortesía de Flaubert.


A ver, es cierto que esa novela "es considerada según algunas encuestas como la segunda mejor obra lingüística de la historia" (Wikipedia copypaste), pero yo la tengo acumulando polvo hace años, desde que una amiga me la regaló prácticamente nueva. Por lo menos ha servido para gastarle esta broma al Demiurgo, quien luego recibió su verdadero regalo.


Ya jugaremos otro día esta expansión del Arkham Horror, sobre todo si logramos encontrar más cultistas que se unan a nuestras reuniones, proque cada vez estamos más faltos de personas reales (la esquizofrenia no cuenta, siempre hace trampas). Y los pocos que somos, inmersos en la Vida Real™, no siempre logramos organizar nuestros horarios.

Las vacaciones de El Demiurgo

Tras un largo periodo de arduo trabajo, el Demiurgo ha conseguido reunir 17 días de vacaciones, de las cuales relataré tres grandes eventos más o menos freaks:

Son, por orden cronológico:

- Festival de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián.
- Visita de 7 días a Egipto.
- Concierto de Marilyn Manson en Madrid.

A lo largo de los próximos días publicaré una crónica de cada uno de estos eventos.


Vini Vidi Vinci

Para celebrar el cumpleaños del aquí escribiente, logramos conjuntar un mínimo de tres Sectarios el pasado Viernes. Uno de ellos, El Exiliado había retornado temporalmente de su exilio y la situación era doblemente propicia. El resto del Culto se encontraba disperso por este y otros Mundos. La gran celebración del Rencuentro tendrá lugar la próxima semana, pero desafortunadamente, seré yo el único no presente, así que otro la tendrá que narrar.

Aun así tuvimos la oportunidad de probar el Munchkin Cthulhu 2: Call of Cowthulhu, y ocurrió lo nunca antes acaecido. Un jugador muerto por el Gran Cthulhu: (ver foto)

Logró recuperarse, fue subiendo niveles, estuvo a punto de conseguir el 10º nivel matando a un Arkhamster...(hasta que apareció la Bovine Intervention...)

Dicho Arkhamster fue luego resucitado por El Erudito, y estuvo a punto de darle la victoria a éste, hasta que se transformó en un Hamster Innombrable Realmente Horrible y que se agitaba de Nivel 19.

Pero finalmente, la victoria fue a parar al Exiliado. Su segunda partida en 3 años y venció a dos expertos jugadores. Vino, vió y venció.

El siguiente episodio, el próximo sábado...

Dancing Cthulhu


Navegando por la red, investigando arduamente como se espera de cualquier buen PJ, buscaba una conexión, mensajes que llevan los rituales, danzas y cánticos de invocación al gran cthulhu...(o a Glaaki por recordar ciertos sucesos en casa de nuestro querido amigo Ricardo Montesinos...).

Así me topé con el blog "El infierno de tu sonrisa", un gran descubrimiento:

"Hasta donde yo sé, Howard Philips Lovecraft no era un consumado bailarín. Ni siquiera se le recuerda canturreando el hit del verano en la animada Providence. En la extensa, por decir algo, biografía realizada por Sprague De Camp no se nombra, cita o refiere actividad social lúdico festiva más allá de reuniones con otros escritores, supongo tan animados como él mismo, o una salida en nochevieja en la que se atrevió a probar el alcohol.
La mayor parte de sus monstruos en los mitos no pasan del canto ritual o del "canto de sirena" que, aparentemente, los profundos entonaban al caer la noche en las costas rocosas cercanas a Innsmouth. La mayor parte de aquellos seres murmuraban desde la oscuridad, susurraban oscuros secretos o mascullaban letanías oscuras. Como los chicos de Dark Funeral.
Pero en el fondo, en el último resquicio de ese corazón victoriano que latía dentro del seductor de Nueva Inglaterra, la música era importante, hasta necesaria. Por eso impregnó de su magia a la mayor e inmortal de sus creaciones: Cthulhu

Así que para celebrar el no-fin de mundo, por si no lo saben, Cthulhu surgirá del fondo del océano pacífico un dos de abril cualquiera, todos tenemos la oportunidad de disfrutar de las sutiles artes danzantes del más querido entre los primigenios. En Dance,Cthulhu,Dance se puede elegir la canción de karaoke que más le guste para que baile en su ordenador"


También otros dioses no se quedan atrás para la mejora y difusión de sus danzas y rituales de invocación. Recientemente Nyarlathotep en su forma humana ha realizado las siguientes investigaciones para la mejora en la calidad y ejecución de sus danzas rituales de invocación.




Esto no tiene, por supuesto, nada que ver con las actividades del Bardo en su trabajo.

Quede Claro!

ïa ïa Fhtagn!

I am... Providence

Hoy, más que contar alguna anécdota Cthuloide, quisiera contar una crónica sobre todo lo que viví el fin de semana del 1 al 3 de septiembre. Tengo demasiadas fotos, demasiadas cosas que contar. Incluso un breve pero muy breve documental en vídeo. Y es sobre algo que llevaba mucho tiempo esperando y sobre una especie de reto que El Arcano me impuso hace unas 3 ó 4 semanas y que desató mi ira y mis deseos de por fin realizar mis sueños a como diera lugar. Esta es la historia.

1 de septiembre: Salgo desde el norte de NYC con mi gran diosa Shub Niggurath de casa bien temprano con destino al norte. Luego de casi 3 horas metidos en la carretera 95, atravesando la punta sureste del estado de Nueva York y Connecticut, nos adentramos en Rhode Island. Ya se sentía el ambiente mágico, las iglesias con sus altos picos, las casas tras una barrera de árboles. A pesar de ver que el progreso y el capitalismo han dejado profundas cicatrices convertidas en autoservicios de hamburguesas, fábricas con chimeneas muy altas o cientos de coches y puentes en todas direcciones.

Desde la noche anterior ya tenía una ruta bastante trazada de qué salida tomar y a donde ir en Providence. Sí, la cuna y la tumba de Lovecraft. Salimos por la salida 22 A-B-C y nos dirigimos al este. Ya se veía la grandeza de la ciudad. Y no grandeza en cuanto a tamaño, sino grandeza arquitectónica. Conservaba el aspecto victoriano en la mayoría de sus fachadas. No sólo en las casas sino en locales comerciales y en todos los edificios de la Universidad de Brown. Dimos vueltas por una ciudad laberíntica, atrapada en un tiempo mejor. Pasamos por las calles por donde paseó Lovecraft, como South Water St., South Main St., Waterman (Curioso nombre por cierto, para la zona), Battler Avenue y finalmente llegamos la tan esperada Angell St. Buscamos el número 454 (que según la antigua nomenclatura era el número 10) y nos sorprendimos de ver lo que teníamos ante nuestros ojos. La máxima o una de las más monstruosas criaturas que ha parido el capitalismo: un Starbucks. Así es.


La casa de Howard Phillips Lovecraft ya no existía. Su nacimiento, su infancia, sus sueños de niño se desintegraron para convertirlos en un Mocha-Latte, en un Frapuccino, en un sobre de azúcar y en un té marca Tazo. Atrás quedaron los camisones blancos que le ponía su madre, viendo cómo los delantales verdes de los zombies de Starbucks cubrían a los nuevos habitantes del lugar. Ni un ladrillo, ni una teja. No quedaba nada.


Pero por fortuna nuestra HPL no vivió en un solo lugar, así que después de semejante decepción decidimos continuar la marcha esperando encontrar alguna recuerdo del ilustre maestro del horror cósmico. Sólo avanzamos unas calles más y llegamos a la esquina de Angell y Prospect. Continuamos por Prospect hasta llegar al número 65. Ahí estaba. Reformada para no verse vieja y descuidada, pero conservando los mismos cimientos y la misma estructura. Esa casa, la número 65, fue donde HPL falleció en 1937. Una parte de su estadía en vida y otra de su estadía en el mundo de los muertos.



Por esa misma esquina, Prospect se cruzaba con Barnes St. Sólo tuvimos que seguir hasta el número 10 para ver una casa desorganizada, rodeada de cables de la luz (algo demasiado común y antiestético para lo bonitas que son estas casas). Era de 3 plantas y estaba adosada con una de similares características. Las ventanas pequeñas de la tercera planta o el altillo, podían enseñar las distintas habitaciones por donde debió correr la inspiración de HPL para escribir historias como “La llamada de Cthulhu”, “En las montañas de la locura” y otras más. Era fantástico imaginar que HPL con sus fríos gestos, con su lánguido cuerpo y con su mirada profunda se encontraba mirándonos por una de esas ventanas y nos hacía sentir no sólo la humanidad de una persona tan sensible y frágil como fue, sino la infinita imaginación que pesadillas, sueños y gratos momentos le han podido y nos han podido producir.



El tour continuó con un destino final y el clímax de todo este tour Lovecraftiano. Decidimos volver a Angell y allí emprender el viaje a la última (?) morada de nuestro venerado Lovecraft: el Cementerio de Swan Point. No es muy lejos de donde vivió, creció y murió, la verdad. Caminando se podría llegar sin ninguna dificultad. Como costumbre en muchos cementerios de este país, era abierto y se podía disfrutar como si fuera un parque (obviamente no por encima de las tumbas). No había nada decrépito ni descuidado en él. Más bien todo estaba muy limpio y reinaba una paz impresionante. Los árboles permanecían callados viendo como testigos la entrada y salida de unas pocas personas. El sábado no era un día del todo sagrado.

Teníamos idea de cuál era el lote donde se encontraba la tumba de los Phillips (Y los Lovecraft), pero no sabíamos cómo llegar. Afortunadamente este cementerio contaba con una especie de guía en la que le ponías el nombre del difunto y te ubicaba dónde se encontraba. Luego lo imprimía y ya.




Así nos guiamos y tras avanzar unos 300 ó 400 metros por fin topamos con un pequeño panteón de la familia “Phillips”, el cual creía yo que era más un mausoleo. Supuse que era allí y me bajé del coche con una mezcla de tristeza, emoción y curiosidad que creo que he sentido pocas veces. Tristeza, porque al fin y al cabo era la tumba de una persona que había podido vivir muy poco de su vida, debido a sus presiones infantiles y sus posteriores traumas, a su cuerpo frágil y sensible a las enfermedades y especialmente por su incontenible deseo de ser un hombre del pasado viviendo en un presente completamente diferente. Emoción, por ser el gran momento, por ser la hora de ver resurgir esos recuerdos que llevan años acompañándome y por tener al frente la tumba de ese gran hombre que, aunque suene exagerado, me ha dado de los más divertidos momentos de una etapa de mi vida. Curiosidad, por saber qué se sentía estar a su lado, ser otro de esos tantos anónimos que se acercan tocar su tumba, a mirarla, a soltar una oración o quizá un Iä Iä!



Fue una experiencia completamente diferente a la que podía haber imaginado. Esperaba que todo fuera decrépito, que las lápidas estuvieran rotas, que los ángeles me miraran de reojo desde los cuatro puntos cardinales. Pero ver a toda la familia reunida, a los abuelos, a las tías, a Winfield, a Sarah y por supuesto a Howard fue muy apacible. Tranquila, silenciosa, llena de respeto y luz.


Posteriormente nuestro viaje continuó hacia el norte, donde nos esperaría Boston, Salem y la zona que a modo de fantasía han descrito como Lovecraft Country o Arkham Country. Pero eso será parte de mi próxima entrada. Pero al menos ahora puedo decir, que Howard Phillips Lovecraft también estuvo con la Miskatonic Freak Parade.




Esto viaje es por todos, chicos. Extrañé que no hubiéramos estado todos juntos aquí. :'(

¿Cuándo entró Lovecraft en tu vida?

Por casualidad cayó en mis manos uno de esos pasquines cristiano-retóricos de los testes de Jehová, y me di cuenta de que estas sectas están muy avanzadas en eso de la propaganda religiosa y la glorificación de la fe. La reflexión subsiguiente ha sido que si queremos progresar en el culto a nuestros dioses tentaculares, debemos empezar por hacer proselitismo desde nuestra propia experiencia espiritual. Y hoy traigo mi testimonio, hermanos, de cuándo entrarona mi corazón las palabras oscuras e inquitantes del profeta de los horrores abismales y los adjetivos ciclópeos. Hoy quiero contarles cómo entró Lovecraft a mi vida.


Me encontraba en esa espeluznante etapa de la vida que es el fin de la pubertad y el comienzo de la adolescencia. Como si los horrores naturales del crecimiento hormonal no fueran suficientes, me encontraba recién llegado a un centro educativo escolapio, donde ya había estado años atrás, y que había dejado por traslados familiares varios.

Tal vez algunos recuerden gratamente esos años. Yo no. El novato casi nunca se integra bien a las manadas de machos en donde las jerarquías ya están establecidas, y pasa a ser el último del escalafón salvo que intente batir a los cabecillas en franca lid (llámese deporte de competición, llámese gresca de patio). A este pubescente le quedaban más cerca las letras que los balones, ni hablar de los puños. Lejos del amparo social, me encontré con una grata satisfacción: una enorme y bien surtida biblioteca, cuidada por una amable mujer entrada en años, que había dedicado toda su vida a esa labor. A cambio de un rato de charla, ella me dejaba deambular por entre los cientos de tomos a mi placer.

Fue allí donde lo encontré.

Era un tomo de cuentos de horror, en edición rústica, con mal diseño y regular selección. Salvo por uno, el sexto cuento: La Cosa en el Umbral, una increible historia de brujería, transmigración de mentes y traición que me tuvo soñando cosas imposibles durante un par de noches. En las vacaciones me adentré en una biblioteca pública para buscar más. Los Mitos de Cthulhu. La Sombra sobre Innsmouth. El Horror de Dunwich. Hice por mi cuenta una lista esquematizada del panteón lovecraftiano. Amplié el repertorio de relatos con los autores del círculo de Lovecraft. En pocos meses ya tenía memorizados nombres con muchas consonantes que invocaban a deidades ultraterrenas, y tenía un grupo de compañeros con quienes compartir las inquietantes dudas sobre aquello que reposa en los abismos marinos.

A lo largo de estos años, las noches en vela repasando las visicitudes de Randolph Carter o revisando las menciones místicas de Kadath la Desconocida han sido mi bautizo. Los tormentos afligidos a decenas de jugadores de rol en escenarios cthulhianos han sido mi eucaristía. Y en este blog hago mis votos cultistas al profeta de Providence, día tras día.

Y ahora te pregunto a ti, que me lees... ¿cómo entró Lovecraft a tu vida?

Muertes y acciones estúpidas IV: El origen del ruanazo

Esta historia es un homenaje a un jugador que tuve hace años llamado Mario Casallas.

Mario era un buen jugador, siempre se metía mucho en las historias y se emocionaba bastante. Pero sus comentarios del tipo “quiero jugar con un vampiro skater” o “por qué no inventamos un juego de rol sobre el Chupacabras” nos obligaron a ese grupo a crear el término “Ruanazo” en los juegos de rol. Pero primero definamos el término “Ruanazo”

Real Academia Española de la Lengua:
ruano, na.
2. f. Tejido de lana.
3. f. Manta raída.
4. f. Col. y Ven. Especie de capote de monte o poncho.

Diccionario Larousse y Vox:
Ruana
nombre femenino
(ASur) Tipo de poncho, hecho de lana o paño, que cubre desde los hombros hasta debajo de la cintura y suele ir abierto por delante; es usado generalmente por los hombres de campo.

Por degeneración, ruanazo terminó siendo la combinación entre la acción que un campechano, garrulo o paleto sudamericano hace con la ruana y un acto ingenuo que no haría un “civilizado” hombre de ciudad. Vamos, una metida de gamba del tamaño de R’lyeh.

Bueno, pues este fue el ruanazo que inauguró este término en los juegos de rol:

Mario personificaba a un mendigo recogido por uno de los dueños de la Sociedad Histórica de Oriente en Arkham (fundada por el listillo que creyó que teniendo la sangre de Innsmouth se iba a salvar). Este personaje de Mario se había convertido en el fiel sirviente de este personaje. Sus “Amos” estaban envueltos en tramas oscuras de invocación y habían logrado “domesticar” a una criatura traída de otro plano a la cual sólo le satisfacía la carne humana. Y él, como buen sirviente, tenía que complacer las necesidades de sus amos, y por supuesto de su diabólica mascota. Así que era menester conseguir carne humana suficiente para la criaturita. Y, cómo no, en uno de sus actos de astucia, fue al campo a ver si podía convencer al primer pastor (de ovejas, no de fieles) de ser el platillo principal de aquel aborrecible bicho.

La escena fue esta:

Mario: Voy al campo a ver si veo a alguien que pueda matar.

Director de juego: Ok. Después de un par de kilómetros ves al pie de la carretera a un humilde campesino llevando una vaca a pastar.

Mario: Ok. Paro el coche. Me bajo con mi pistola y la escondo para que no la vea el fulano.

Director de juego: Ok.

Mario: Me acerco despacio y de forma amigable.

Director de juego: Ok.

Mario: Le saludo. “Hola, buenas tardes”.

Director de juego encarnado en humilde campesino: “¡Buenas!”

Mario: “Perdone, ¿Le puedo hacer una pregunta? ¿Será que le puedo matar?”

Resto de jugadores: “¡No le pidas permiso y mátalo de una puñetera vez!!!!”

Director de juego reencarnado en humilde campesino: “Eeeeeeh” - Duda unos instantes y responde: Pues va a ser que no.

Posteriormente se oyen unos cuantos disparos y el campesino cae. Todos agradecen la suerte de Mario y agradecen más que su exceso de diplomacia y educación hubieran podido darle de comer al mounstruito.

Moraleja de hoy: ¡Si vas a matar a alguien, no le pidas permiso y hazlo coññññññññ….!!!!

Segunda moraleja de hoy: Si eres campesino, pégale un ruanazo a cualquier tarado que se acerque pidiéndote que seas el próximo platillo de un monstruo… y entrena a tu vaca Eusebia para que de cornadas a asesinos novatos.

No sólo de Cthulhu vive el cultista

Mientras continuamos ansiosos a la espera del Munchkin Cthulhu, tenemos que "conformarnos" con el papá del susodicho, es decir, el Munchkin original, el cual, por supuesto, también da pie a escenas como ésta:

- ¿Alguien tiene un clérigo?
- Al mío se lo ha comido mi mochila

El Bardo aún me mira con odio por haberle endilgado una carta tan gloriosa. Tendré que hacer algún conjuro de protección. Algo he visto en mi grimorio.


Muertes y acciones estúpidas IV: Estudiantes con las hormonas alborotadas

Esta es la historia de una acción estúpida, más no de una muerte:

Recuerdo entre mis jugadores uno que tenía un personaje que estudiaba en la Universidad de Miskatonic. Y que decidió ligar con una enfermera del Hospital de St. Mary. Entiendo que el personaje estuviera con las hormonas alborotadas y quisiera tener un poco de “acción” con la enfermera. Pero que ella accediera a sus deseos sexuales no era el mayor problema. El problema fue que a este “brillante” personaje se le ocurrió ir con la chica a un parque, y con una carpeta con documentos antiguos entre los cuales se encontraba un conjuro que debía compartir con el resto del grupo.

Ninguno de los jugadores estaba satisfecho con su comportamiento y a pesar de no estar en el parque con el salido de turno, me sentí obligado a burlarme un poco de él y hacerle una pequeña jugada sucia:

1. El personaje decidió correr con su chica por el parque desnudo. Dejando la ropa y los papeles abandonados. Casualmente un policía pasaba por ahí y al ver eso lo recogió y se lo llevó a la comisaría.

2. No se protegió y en una tirada de dados para saber qué tal había sido su acto sexual, sacó un 100 (la gran cagada). Así que decidí que no era un mal acto, sino un embarazo involuntario.

3. Para humillarlo más, le obligué a tirar los dados nuevamente y consiguió otra maravillosa pifia, que terminó siendo un par de gemelitos.

4. Pero eso no fue todo, ya que la familia de la chica era de italianos con negocios un poco turbios.

Solución: Boda, asumir las responsabilidades de la paternidad, volverse calzonazos y estar a punto de hacerse una vasectomía al estilo de los años 20… con 21 años.

Muertes y acciones estúpidas III: La Llamada de Dagon

Aprovecho la coyuntura de este blog, que últimamente se dedica a temas marítimos como Innsmouth, para contar otra muerte estúpida jugando CoC. Ya no recuerdo cómo se llamaba el personaje, pero el jugador era Servando Fresas (1). Resulta que Servando, quien había sido Director de Juego anteriormente, quería un personaje más poderoso que los demás. Y se le ocurrió ser un corrupto monje tibetano que llevaba la marca de los profundos. No había degenerado mucho, pero su complexión física ya daba un poco de asquito.

Yo lo acepté y con el tiempo, todo el grupo vio que Servando era un excelente jugador. Servando fundó con el inmortal Sean McKinney el "Instituto de Artes Orientales" en Arkham, Massachussets. Con el tiempo se fue haciendo más y más poderoso, hasta el punto de ser casi inmortal. Hasta que un día aplicando la lógica del Director de Juego, con la inevitabilidad y el fatalismo lovecraftiano y los antecedentes del personaje de Servando ocurrió lo inevitable:

BITÁCORA DE NAVEGACIÓN, DIA XX DEL MES XX A MEDIA NOCHE: La situación era aterradora. El barco rompía las olas y aquellos seres procedentes de las profundidades estaban acosándonos hasta el punto de querer perforar el casco. Muchos se habían subido a cubierta para llevarse a los nuestros. Pero había uno que seguía intacto. Era ese oriental de aspecto extraño, de complexión regordeta y desagradable. Permanecía quieto, sin atacar ni defenderse. Era un mero espectador de tan horrible acontecimiento. Algo le ocurrió de repente. Parecía que alguien lo llamaba. Que escuchaba un cántico de sirenas malditas que le invitaban a acercarse a la borda. ¿Estaba hipnotizado? ¿Mesmerizado? ¿Poseído? Poco a poco este oriental se acercó más a la borda. Alguien lo llamaba. Saltó. Se le vió desaparecer en las negras aguas del océano.”

Ese fue el momento en el que Servando perdió su personaje. Quiso ser un híbrido de profundo para tener más conocimiento de “la verdad”. Y pagó caro su conocimiento. Porque cuando escucho la llamada del Padre Dagon, no pudo hacer más que sumergirse en el océano y dejar de ser un humano más, para convertirse en otra de las bestias que el director de juego manejaría posteriormente.

(1) El nombre de Servando Fresas ha cambiado para mantener la estupidez del jugador en el anonimato.

Muertes y acciones estúpidas II: Iintercambio Humanitario… de Cuerpos

Un buen director de juego se tiene que encargar de entretener a sus jugadores. Pero también de j***los en el momento final de la gran campaña. Por eso, recuerdo con aprecio esta gran jugada de uno de mis más fieles roleros:

Final de la campaña. Cinco aventureros intentando parar a un grupo de sectarios que además de haber fichado a un primigenio en su equipo van armados hasta con alfileres y astillas. Todo va maravillosamente bien para los jugadores. Han evitado la llegada de aquel poderoso primigenio y están a punto de darle cacería al líder de la secta, un brujo cuyo nombre no menciono para no fastidiarle la campaña a nadie.

Los jugadores van en un camión. El sectario a pie. Poco a poco observa cómo se acercan los jugadores con intenciones de “aplanarle su maléfica existencia”. El brujo no es tonto. A una corta distancia pero con tiempo suficiente, realiza una invocación que le permite pasar su mente a otro cuerpo. Y elige secretamente a uno de los jugadores que va en el camión. Realiza el conjuro y justo unos metros antes de que el camión impacte con el que se supone que es el sectario, nuestro jugador pasa al cuerpo de este malvado hombre.

No hay tiempo para quejarse, no hay tiempo para gritar nada. El camión le impacta y le pasa por encima, acabando con su triste existencia. Nadie supo lo que pasó. Fue una acción impecable. Sólo el jugador y el director de juego supieron de este cambio de identidad. Ahora, el brujo, debe estar formando una nueva legión de sectarios, en algún lugar de Egipto, San Francisco o posiblemente en su Rumania natal.

Pruebas profundas

Un oscuro y nublado día de invierno como hoy, en las tortuosas calles de Lisboa, encontré una prueba más de que los hombres que moran en las cercanías del gran Océano (porque aunque los mortales le den muchos nombres, es Uno Sólo) , son más propensos a verse afectados por las influencias arquetípicas de los grandes Primigenios.

Con mucha consternación y muy turbado por la presencia de esta imagen, procedí a dejar constancia de sus implicaciones. En mí estaba presente el miedo a verme observado por ojos saltones y miradas malignas de esos seres de andar encorvado y cuellos ocultos por bufandas, ropajes que utilizan para no revelar las terribles branquias que los convierten en seres abominables para la raza humana.

Tras la revelación que despejó las brumas de mi entendimiento, decidí de forma valiente continuar mi investigación en Porto, un sitio con más probabilidades de encontrar pistas de la presencia de aquellos profundos. Allí fui perseguido por las brumas y mis caminos fueron trastornados por la magia malvada del mar, que poco muy poco consiguió hacerme perder entre las calles más ocultas de aquella vieja ciudad. Pero eso es otra historia.

El sueño de una noche de verano...

Unas breves palabras desde mi refugio del centro de la capital. Una vez exiliada mi Diosa, vuelvo a tener tiempo para dedicarme al culto.

Ésta, mi primera entrada, que sirva para recordaros lo que todos soñamos una noche, aquella noche de verano, entre brumas y fuentes, entre piedras y perros, entre porros y porras. Os dejo una foto de los que salimos a cazar... aquella noche.

Iä, Iä,

El Acólito, buscando a su mentor@.

Momentos estelares II

Siguiendo el episodio de esta sección iniciada por el Erudito, me sumo gustoso a ella, recordando además a uno de los miembros que misteriosamente desapareció en dudosas circunstancias aún sin aclarar. ¿Qué será del Demiurgo?

Nueva York. 1930.
Los más afamados estudiantes en la historia de la Universidad Miskatonic, por diversos acontecimientos que no voy a narrar ahora (y que incluyen el destrozo de un cementerio, bodas y gemelos, novias desfiguradas y deformes (con hijo incluido en el pack), con ex-marido un tanto... ejem... peculiar, digamos, becarios de la biblioteca intentando robar libros al bueno de Armitage... o jugadores de hockey que duermen con su stick, -gracias este último-, como decía, nuestros amiguitos... tra-la-rá... la-rá... dieron a parar con sus huesos (nunca mejor dicho) a la ciudad que nunca duerme. Allí intentando esclarecer ciertos hechos y de paso sanar en parte a su querido compañero, contactaron con un prestigioso psicoanalista neoyorkino. ¿Podría este hombre desenterrar los recuerdos de la mente trastornada de nuestro héroe? ¿Quienes eran aquellos tipos de la hermandad del crepúsculo de plata?

Las respuestas sólo estaban en la mente de nuestro canadiense amigo. Y aquel sería el momento que todos esperábamos.



Iä Iä Cthulhu Fhtang!... (continuará).

Momentos Estelares

Tres PJ's en una barca a la deriva. Tirada de orientarse para descubrir hacia dónde van. Un matón irlandés (lo llamaremos M) es el único que saca la tirada. Los otros dos "pasajeros" son un historiador (H) y un diletante (D).

M: Tengo dos noticias. Una buena y una mala. ¿Cuál queréis primero?
H y D: La mala
M: Nos alejamos de la costa.
D: ¿Y la buena?
M: Sé en qué dirección...

Muertes y acciones estúpidas - Cara a cara con un Primigenio

La primera muerte estúpida que viene a mi mente es la de un personaje en la aventura final de una campaña que mejor no nombro para no chafarla.

Pero lo que sí cuento es que en el clímax de la campaña y de la aventura, un poderosisisisímo Primigenio regresa a la tierra pa joder un poco la vida a los inocentes parroquianos. Menos mal había un grupo de intrépidos investigadores que llegaban a resolver la situación... bueno, eso creían.

Uno de los personajes más astutos en el grupo que iba acompañado por un arqueólogo PNJ celebraba que continuaba intacto tras haber perdido a sus otros colegas y había salvado una pérdida de cordura de un d20. Ambos, jugador y no jugador, celebraban eso. Era un acto heroico, único.

Bueno, pero vayamos al grano: nuestro valiente personaje se encontraba frente a frente ante uno de los más poderosos primigenios existentes. Estaba dispuesto a salvar su pellejo a como diera lugar. Por eso su acción fue clara y rápida: "Tomo mi cuchillo, agarro al arqueólogo y lo degüello, mientras le gritó al primigenio: - ¡Este sacrificio es en honor tuyo!"

El jugador creyó que así se iba a salvar. Qué más daba un PNJ más en el más allá debió pensar.

Pero la respuesta del primigenio fue rápida. Simplemente le dijo a través de sus pensamientos:
"¿Otro sacrificio más? No sabes cuántos ya han hecho por mí. Y tú eres otro mísero mortal."

Así que el pequeño primigenio del tamaño de un edificio de 30 pisos decidió levantar su pierna (si se le puede llamar así) y posar su delicado pie de talla 1487 sobre el investigador, aplastando por completo su cuerpo. Como todos pueden imaginar, ni con una pala se le pudo recoger.

MORALEJA DE HOY: En vez de huir o sacrificar PNJs en acciones desesperadas, cuando tengas un primigenio patón frente a ti, prométele a éste que le harás una pedicura o masaje en la planta de los pies. Verás qué feliz se pone.
 
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