Y vino a mí una gran masa de Queso Parmesano, que es el apóstol del gran Monstruo Volador de Espaguetti, y espolvoreó en mí su santa sabiduría y me fueron reveladas las imágenes de los frikis del mundo, y supe entonces que la profecía se haría realidad, y que el universo entero sabría de nuestra existencia.
Porque el Santo Parmesano tocó mi lengua y me hizo recordar la época en la que éramos unos pocos los que disfrutábamos de los juegos de video, las películas de fantasía, las historias de ciencia ficción. Un entonces en el que ser friki era mirado por los demás con extrañeza y desprecio, y cada uno de nuestros gustos era mirado con sorna, de forma incomprendida.
Y vi el cambio cuando, poco a poco, los frikis del mundo se fueron introduciendo en el mundo más avanzado de la tecnología, los negocios, la cultura y -algunos pocos descarriados hasta en la política-. ¡Y de repente, oh gloriosa pasta, los juegos de video invadieron cada hogar, la fantasía se hizo presente de mil maneras distintas, los cómics se volvieron parte de la cotidianidad, la informática lo invadió todo y la ciencia ficción fue realidad!
Los más grandes frikis del mundo amasaron sus grandes fortunas y las usaron para contagiar de frikismo una y todas las esferas del mundo. Gandalf, Yoda, Batman o Súper Mario se volvieron más conocidos que deportistas o estrellas de la música.
El cómic se hizo ‘novela gráfica’, poniéndose a la altura del gran arte y los complejos juegos de mesa que otrora pertenecían a rincones del frikismo se vendieron por doquier. Frikis son las novelas más leídas, las series más vistas, las películas más taquilleras y los cacharros tecnológicos más vendidos.
Todo esto y más que no me ha sido permitido revelar me fue mostrado por Su Gracia Parmesana antes de que sucediera, y mucho más que vendrá de la mano de la ciencia, la imaginación y la razón, para hacer de este un universo friki por los siglos de los siglos,
¡ramen!
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