En este caso, un poquito de esvásticas, unas páginas de historia, pistolas, detectives y los textos de Abdul Alhazred se echan en el recipiente, se ponen a cocinar y se sirven acompañadas de un asado de lechazo condimentado con agua y sal en horno de leña.
El resultado: El Necronomicón Nazi, de Vicente Álvarez.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLucpnvfG7yPdrj31ImBQvN_v6EA9zxVp2JIanJKUCGF7HGq2Gqqcx-8hRPCpgzjJaZHI-PCXaPzewkQO-lu_K_qKRTDAR69zjJAU3vL3NZdtPTBOdqkUN_WJAV353zRDc_oiN6xPypyw/s400/necronomicon200.jpg)
¡Qué miedo, los best-sellers!
Pues ese habrá salido a la sombra de "El club Lovecraft" de Antonio Lázaro. En vez de esvásticas, cogemos unas espadas y ya tenemos novelas varias.