Hoy lo sentí de cerca, apenas a cuatro calles de donde trabajo, y justo en el momento en el que salía para encontrarme con mi hermano y su familia. Él vivió un susto mayor que el mío, ya que se hallaba a menos de 200 metros de la explosión de vapor. Tuvieron que evacuar, y al salir la ropa se les manchó del barro, fango o lo que llevara dentro esa columna de casi 20 metros de alto.
Cinco horas después tenía a mi alrededor la mayor cantidad de coches de policía, de bomberos, de ambulancias y de calles acordonadas que he visto en mi vida. ¿Qué nos enseña esto? Que hay que prepararnos, sea donde sea, para la llegada de los Primigenios, porque el desastre y el caos van a ser mayores que cualquier tubería de vapor rota.
Iä Iä.
Demos gracias por seguir vivos y seguir siendo aperitivo de Nyogtha.
Que susto. Felicidades a tí a tu hermano y a su familia por seguir siendo "aperitivos" vivitos y enteros. Sinceramente.