Paseando la Venerada y yo por las calles de Tolosa nos encontramos una extraña celebración en pleno día, justo frente a la torre de la plaza Charles de Gaulle, perfecta (por su aspecto) como escenario de homenajes ceremoniales.
Lo primero que vimos fue a un extravagante grupo de sectarios que se encontraba junto al lago de la plaza, entonando cánticos en la lengua de oc, y salmodiando complejas letanías con melodías pegajosas.
Minutos después, del grupo se separó una damisela (por suhorrendo aspecto, suponemos que podía ser virgen), ataviada con unos ropajes chillones, propios de ciertas culturas cercanas al mar en tiempos pretéritos.
Dicha damisela, ante la mirada de cultistas y extraños, se fue internando en las aguas, hasta sumergirse, mientras el grupo de sectarios continuaba con las salmodias.
¡Y de repente, como respuesta al sacrificio de la damisela, de las mismas aguas surgió una especie de hombre pez, cuya aparición generó toda una serie de vítores y exclamaciones por parte del grupo allí reunido!
Al parecer, la invocación fue todo un éxito, y permitió al séquito de particulares cultistas consumar su diabólico fin: la llamada de algún maligno ser de carácte híbrido, procedente quién sabe qué portal interdimensional ubicado en ese preciso sitio.
Nosotros nos alejamos, temiendo los malos presagios que suelen traer ritos como ésos, especialmente dañinos para las parejas. Allá ellos con sus costumbres.
Lo primero que vimos fue a un extravagante grupo de sectarios que se encontraba junto al lago de la plaza, entonando cánticos en la lengua de oc, y salmodiando complejas letanías con melodías pegajosas.
Minutos después, del grupo se separó una damisela (por su
Dicha damisela, ante la mirada de cultistas y extraños, se fue internando en las aguas, hasta sumergirse, mientras el grupo de sectarios continuaba con las salmodias.
¡Y de repente, como respuesta al sacrificio de la damisela, de las mismas aguas surgió una especie de hombre pez, cuya aparición generó toda una serie de vítores y exclamaciones por parte del grupo allí reunido!
Al parecer, la invocación fue todo un éxito, y permitió al séquito de particulares cultistas consumar su diabólico fin: la llamada de algún maligno ser de carácte híbrido, procedente quién sabe qué portal interdimensional ubicado en ese preciso sitio.
Nosotros nos alejamos, temiendo los malos presagios que suelen traer ritos como ésos, especialmente dañinos para las parejas. Allá ellos con sus costumbres.
En efecto, queridos lectores. El relato de El Arcano vuelve a demostrar que la actividad de los Mitos está cada vez más presenta en sus diversas formas y manifestaciones en los distintos puntos de nuestro Planeta.
El día se acerca muchachos, the stars soon will be right....