Banjulhu

Uno de los descubrimientos más freaks del año pasado fue el cómic The Order of the Stick (OotS), que traducido sería algo así como la Orden del Palo (yo les digo, de cariño, la Orden del Palito), porque los dibujos están hechos al estilo de los cuadernos de colegio: con círculos y palitos. Pero a diferencia de muchos otros cómics con mucho pincel y aerógrafo, éstos tienen algo que les da un valor muy importante por encima del resto: un guión excelente.

El cómic se concentra en una burla constante e inteligente frente al más famoso de todos los juegos de rol: Dungeons & Dragons. La Orden del Palo está formada por un grupo de aventureros típico de los juegos de rol medievales. Los personajes son únicos en su forma de ser, pero arquetípicos en el esquema general del universo rolero: un paladín, un mago elfo, un enano vikingo y un bárbaro halfling, una ladrona y un bardo.

El guión y los dibujos están hechos por Rich Burlew, un joven diseñador gráfico de Filadelfia, quien también se ha acercado bastante a Wizards of the Coast (la compañía que fabrica D&D), al conseguir en 2002 el segundo premio en un concurso para el diseño del nuevo módulo de Calabozos y Dragones. Lamentablemente, el ganador fue ese patético mundo de Eberron, que yo todavía no logro encajar del todo en la concepción que tengo del juego (seguro que la idea de Rich Burlew era mejor).
En la OotS van ya por el episodio 423, y la tira cómica se actualiza la medianoche de cada lunes, miércoles y viernes, (en horario de EEUU-Este). Después de que la historia comenzara con un típico escenario de juego de rol, con los miembros del grupo metidos en un laberinto subterráneo luchando contra un grupo de goblins, en las últimas entregas están defendiendo una ciudad del asedio de un ejército malvado comandado por un lich.

La serie ha tenido tanto éxito que tiene su propia entrada en la Wikipedia. El autor ha publicado tres libros recopilando las tiras cómicas, y acaba de sacar al mercado un juego de mesa basado en los personajes. Lo único que lamento es que Rich Burlew no haya autorizado aún la traducción de su cómic al español. Pero el inglés que maneja es fácil de entender, sobre todo para los roleros de toda la vida.

¿Qué por qué cuento todo esto que parece que no tiene relación con nuestras cosas freaks? Pues porque empecé a querer a la OotS con más ahínco desde el episodio número 85, cuando el bardo, Elan, quien no tiene mucha inteligencia pero sí un gran corazón, decide convertirse en un personaje multiclase, bardo y clérigo (en la serie, uno de los puntos divertidos es que los personajes están constantemente hablando de sus estadísticas, como si pudieran ver su propia hoja de personaje).

Para ello, crea una deidad propia a la cual adorar, un títere muy simpático al que llama Banjo, pues lleva ese instrumento. Como clérigo, intenta convencer a los demás para que sigan el nuevo culto al dios Banjo, pero no obtiene buenos resultados. Así que decide transformar el títere en un nuevo dios, con más poder y adeptos, que despertará dentro de poco...
Jejeje. Me encanta.

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