Horror en el Orient Express (II) - Londres

Para neófitos y nuevos en este Blog, leer esta parte de la historia primero

Sir Althington se encontraba francamente inquieto aquella mañana. La noticia que acababa de leer había amargado profundamente el té negro de la mañana. "For God's Sake, ¿Qué ocurre en nuestro sagrado país? ¿Acaso nuestra seguridad se ve constantemente amenazada por los enemigos del Imperio? ¿Qué opinas, joven sobrino Lester? ¡¡He oído que la criminalidad en el nuevo mundo es incluso mayor que en nuestra sagrada patria!!".

"En efecto, mi buen tío. La tierra de las libertades es muchas veces conocida por ser también la patria del libertinaje, lo cual no deja de ser paradójico, pero me pregunto ¿cómo algo así puede haberle sucedido a alguien con tan íntegra e inmaculada reputación como el Sr. Smith?

"No lo sé hijo mío, en verdad no lo sé. Creo que llamaré a mi amigo Alexei. Como buen periodista, seguramente podrá aportarnos nuevas noticias de lo acaecido"

Tras una breve conversación con el cronista ruso, tío y sobrino decidieron ponerse en marcha a un conocido café cercano a la sede del más famoso periódico británico y de Trafalgar Square, el Café Collière. Allí les esperaban Alexei y su compañero de profesión, el Sr. Danterre.

"Bienvenidos a este humilde café, compañerrros.. sientánse como en casa, he tomado aquí todos mis desayunos desde que los días de la rrrevolución en la madre Rrrusia me trajeron aquí. Perrro vayamos al grrrano, crrreo que todos nos encontrrramos bastante consterrrnados tras la rrrepentina desaparrrición de nuestrrro amigo y compañerrro el Doctorrr Smith. Incluso tenía prrrevisto que publicase una columna en el prrróximo suplemento dominical sobrrre sus investigaciones parrranormales... ¡¡Dios mío, que calamidad!!"

"Mon Amí Alexei, no sufga por la desapagición del Sr. Smith. Como buen conocedog de los bajos fondos de la ciudad de Londges, estimo que se tgata de un evidente caso de rgobo y extogsión, de alguna mafia de origen no local. Me temo que lo que sucedió ayeg fue la consecuencia de un laggo y togtuoso proceso que el Sr. Smith fue padeciendo en las últimas semanas. Pog ciegto, ¿no se pegcataron ayer de la pgesencia en la velada de un pag de sugetos de origen musulmán? Aunque el gran Impegio Bgitánico tiene súbditos de todas las nacionalidades y religiones, me pareció extgaña su apagición en un evento semejante..."

"That's it, yo también ví un par de hermanos o parientes con tez aceitunada y denso mostacho. Vestían de acorde con las costumbres locales, pero me pareció, cuando menos, curioso..."

La conversación siguió animadamente, y no fue hasta el momento del pago, cuando una nota junto a la cuenta apareció inesperadamente.

"Venid de inmediato, no me queda mucho. Por el amor de Dios, no dejeis que nadie os siga. J.A. Smith".

Se trataba de una nota garabateada con la caligrafía del Sr. Smith en una de sus tarjetas de visita, indicando una dirección de un suburbio londinense.

La aventura proseguía...

4 lectores en Miskatonic:

  1. El Erudito dijo...:

    Bien bien bien bien. Una pregunta:
    ¿Incluirás la auténtica historia de cierta cueva que visitamos?

  1. El Acólito dijo...:

    Anda que no queda ni nada, compañero de fatigas....

  1. Camilo dijo...:

    ¡Otra época de bonanza de relatos y escritos en el blog! Ya sólo falta una entrada de nuestro extrañado neoyorquino...

  1. El Erudito dijo...:

    Yo no digo que no quede, lo que pregunto es si vas a corregir los errores.

 
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