Jueves de Conan

Revisando unos números atrasados de El Jueves, esa incomparable revista española que sale los miércoles (más información aquí para quienes no la conozcan), me encontré con una sección dedicada a los posibles regresos de películas que ya creíamos fallecidas. Porque, señores, si Rambo y Rocky pueden volver del cementerio de los años ochenta, otros zombies ilustres como el Karate Kid, los Goonies o E.T. podrían cometer el error de despertar en nuevos filmes. Y con esta idea, el genial Albert Monteys, a quien los lectores de la revista recordamos por sus inmejorables consejos en la sección Para ti, que eres joven, retrata cómo sería el geriátrico regreso de Conan, el Bárbaro:

El pobre personaje de Conan no parece tener un buen destino en su vejez. Eso, hay que decirlo, lo tiene merecido por andar deshaciendo los conjuros místicos en los cuales nos hemos esforzado tanto los cultistas (como si no fuera suficientemente difícil reunir todos los componentes, a cada cual más extraño y complicado, siempre aparece un héroe de pacotilla queriendo salvar el mundo, echándolo todo a perder). De hecho, otro de nuestros gurús literarios, el gran Terry Pratchett, ha plasmado la vergonzosa vejez del guerrero, en un personaje satírico de sus libros del Mundodisco: Cohen, el Bárbaro.

De él dicen en la Wikipedia que "es el mayor héroe de todo Mundodisco, de hecho es el más anciano, pero aun se conserva en buena forma, pese a sus 87 años. De complexión delgada, fibroso, con el cuerpo lleno de cicatrices, vestido solamente con un taparrabos de cuero, y con una sonrisa brillante. Le encanta su profesión, consistente básicamente en encontrar tesoros, a sacerdotes malvados y a vírgenes en apuros. También es el jefe de la Horda de Plata, llamada así en honor al color de los cabellos de sus integrantes".

Uno de sus mejores cuentos, que aparece en la antología de Homenaje a Tolkien, se llama El Puente del Troll, y se puede descargar gratis en formato PDF aquí. Un relato de apenas siete páginas, divertido y muy recomendado.

¿Es éste el destino de los héroes que luchan incansablemente contra el mal? ¿Están condenados a una vejez indigna y llena de contratiempos? Un devoto adorador de Cthulhu espera que así sea, y que el reumatismo no los abandone.

Posdata breve: me marcho una semana a Bélgica, las pistas de ciertos movimientos sectarios me llevan allí. De nuevo dejo el blog y mis investigaciones en manos amigas.