Adiós a los días de ensoñaciones perdidas en la orilla del inmenso océano. Seremos devorados de nuevo sin piedad por el terrible vórtice de la rutina, y pereceremos aplastados por los temibles tentáculos del sistema de vida que nos ahoga lentamente en su abrazo baboso de días iguales.
Casi dan ganas de usar las mejores armas para acabar con la enfermedad y cansancio de esta vida llevada a medias.
¡Oh, Gran Señor, llévanos de nuevo allí donde tu imagen se levanta hermosa, en los confines de la tierra!
Casi dan ganas de usar las mejores armas para acabar con la enfermedad y cansancio de esta vida llevada a medias.
¡Oh, Gran Señor, llévanos de nuevo allí donde tu imagen se levanta hermosa, en los confines de la tierra!
Gracias por el enlace. Ánimo con esa vuelta a la rutina.
1 abrazo.