Parece ser que las emanaciones altamente contaminadas de ciertos caudales han acelerado aquellos procesos de transformación yacentes en los genes de quienes conservan un pasado venido de las profundidades del mar.
"Sus formas eran vagamente atropoides, mientras que su cabeza era de pez, con ojos grandes y saltones que nunca cerraban"
Por lo visto, la cercanía al mar y a ciertas corrientes de agua en donde prevalecen antiguas magias indígenas, apresuran los cambios de quienes deberían seguir transformaciones más lentas. Se sabe que los llamados profundos suelen mutar sus apariencias humanas al llegar a cierta edad, en donde tienden a desarrollar características anfibias. Se suelen tener en cuenta entre estas modificaciones la caída del pelo, el crecimiento inusual de los ojos (lo cual tienen a ocultar con gafas) y el vestir ropas anchas y holgadas.
Tras un lento proceso de cambio, dichos seres suelen dejar la vida en las comunidades de la superficie terrestre para internarse en el fondo del océano, donde ocupan el lugar que les corresponde según su ascendencia. Algunos, hijos directos de padre Dagón y madre Hydra, servirán a estas deidades marinas en sus oscuros propósitos. Otros, cuyo destino es aún más perverso al haber sido engendrados por los malsanos sueños del morador de R'lyeh, el Gran Cthulhu, serán sus hijos predilectos cuando las estrellas indiquen el despertar de los primigenios.
Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn!
Uno de estos seres privilegiados ha incrementado poco a poco su proximidad con el futuro que le espera, gracias a la cercanía constante con las contaminadas aguas del río Hudson, y la tierra indígena profanada de la isla de Manhattan. Hoy, en su invierno 31, adelanta un proceso que no tiene fin, y que lo llevará hasta las puertas mismas de la ciudad sumergida.
Así será su porvenir, y por ello, el resto de cultistas saludamos al Exiliado.
"Sus formas eran vagamente atropoides, mientras que su cabeza era de pez, con ojos grandes y saltones que nunca cerraban"
H.P. Lovecraft, La Sombra sobre Innsmouth
Por lo visto, la cercanía al mar y a ciertas corrientes de agua en donde prevalecen antiguas magias indígenas, apresuran los cambios de quienes deberían seguir transformaciones más lentas. Se sabe que los llamados profundos suelen mutar sus apariencias humanas al llegar a cierta edad, en donde tienden a desarrollar características anfibias. Se suelen tener en cuenta entre estas modificaciones la caída del pelo, el crecimiento inusual de los ojos (lo cual tienen a ocultar con gafas) y el vestir ropas anchas y holgadas.
Tras un lento proceso de cambio, dichos seres suelen dejar la vida en las comunidades de la superficie terrestre para internarse en el fondo del océano, donde ocupan el lugar que les corresponde según su ascendencia. Algunos, hijos directos de padre Dagón y madre Hydra, servirán a estas deidades marinas en sus oscuros propósitos. Otros, cuyo destino es aún más perverso al haber sido engendrados por los malsanos sueños del morador de R'lyeh, el Gran Cthulhu, serán sus hijos predilectos cuando las estrellas indiquen el despertar de los primigenios.
Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn!
Uno de estos seres privilegiados ha incrementado poco a poco su proximidad con el futuro que le espera, gracias a la cercanía constante con las contaminadas aguas del río Hudson, y la tierra indígena profanada de la isla de Manhattan. Hoy, en su invierno 31, adelanta un proceso que no tiene fin, y que lo llevará hasta las puertas mismas de la ciudad sumergida.
Así será su porvenir, y por ello, el resto de cultistas saludamos al Exiliado.
JAAAAAA, JAJAJAJAJAJA... (¡Ay! Que me da algo!).
Por cierto, muchas felicidades al Exiled.
Y no llores, nos descargaremos AOL. No sé cuándo, pero lo haremos.