Muertes y acciones estúpidas III: La Llamada de Dagon

Aprovecho la coyuntura de este blog, que últimamente se dedica a temas marítimos como Innsmouth, para contar otra muerte estúpida jugando CoC. Ya no recuerdo cómo se llamaba el personaje, pero el jugador era Servando Fresas (1). Resulta que Servando, quien había sido Director de Juego anteriormente, quería un personaje más poderoso que los demás. Y se le ocurrió ser un corrupto monje tibetano que llevaba la marca de los profundos. No había degenerado mucho, pero su complexión física ya daba un poco de asquito.

Yo lo acepté y con el tiempo, todo el grupo vio que Servando era un excelente jugador. Servando fundó con el inmortal Sean McKinney el "Instituto de Artes Orientales" en Arkham, Massachussets. Con el tiempo se fue haciendo más y más poderoso, hasta el punto de ser casi inmortal. Hasta que un día aplicando la lógica del Director de Juego, con la inevitabilidad y el fatalismo lovecraftiano y los antecedentes del personaje de Servando ocurrió lo inevitable:

BITÁCORA DE NAVEGACIÓN, DIA XX DEL MES XX A MEDIA NOCHE: La situación era aterradora. El barco rompía las olas y aquellos seres procedentes de las profundidades estaban acosándonos hasta el punto de querer perforar el casco. Muchos se habían subido a cubierta para llevarse a los nuestros. Pero había uno que seguía intacto. Era ese oriental de aspecto extraño, de complexión regordeta y desagradable. Permanecía quieto, sin atacar ni defenderse. Era un mero espectador de tan horrible acontecimiento. Algo le ocurrió de repente. Parecía que alguien lo llamaba. Que escuchaba un cántico de sirenas malditas que le invitaban a acercarse a la borda. ¿Estaba hipnotizado? ¿Mesmerizado? ¿Poseído? Poco a poco este oriental se acercó más a la borda. Alguien lo llamaba. Saltó. Se le vió desaparecer en las negras aguas del océano.”

Ese fue el momento en el que Servando perdió su personaje. Quiso ser un híbrido de profundo para tener más conocimiento de “la verdad”. Y pagó caro su conocimiento. Porque cuando escucho la llamada del Padre Dagon, no pudo hacer más que sumergirse en el océano y dejar de ser un humano más, para convertirse en otra de las bestias que el director de juego manejaría posteriormente.

(1) El nombre de Servando Fresas ha cambiado para mantener la estupidez del jugador en el anonimato.

1 lectores en Miskatonic:

  1. El Acólito dijo...:

    Muy bien escrito, San.

    Esperamos con ansia alguna anecdota que nos toque-tentacule más de cerca.

 
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